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kwa

El rico mejillón

Esta última semana antes de mis "vacaciones" está siendo bastante movida. La semana pasada ya lo había sido. Tanto, tanto ... tantoooo que el sábado decidí coger el coche y hacer los 70 kilómetros que me llevan a una playa nudista perdida (quizás no parezcan muchos, pero tengo una playa a tres kilómetros). Fue un día estupendo. Esa misma noche, mi ahijado vino a dormir y a las nueve horas del domingo por la mañana se despertó y me pidió el desayuno...

¿Qué hacer un domingo a las nueve y media de la mañana? Salvo cuidar la resaca últimamente no había hecho demasiadas cosas. Pero este domingo me acordé de que era la feria del Mejillón en un parque cercano. Nunca había ido, más que nada porque estas fiestas gastronómicas tan típicas de la Country están siempre a rebosar, sobre todo en verano. Pero recordaba haber leído que era de diez y media a tres. Pues nada, me duché, me tomé un café en donde siempre y a las diez y media estaba en la feria.

Se estaba de miedo en el parque. Había un montón de gente de la organización, unos 40, preparados con pilas de empanadas y cazuelas de dos metros de diámetros con mejillones al vapor. No lo dudé. Por un euro y medio me cogí tres o cuatro docenas de mejillones (la chica de quince años que me los puso hacía castillos para que no se me cayesen de la superbandeja...). Cargado con la coca cola, la superbandeja de los mejillones y la empanada me dirigí a las mesas tipo Fairy (hasta cuatro veces más, ya sabeis...) al ritmo de "Buleria" de David Bisbal, que sonaba por los altavoces. El riesgo de terminar con mis mejillones en el suelo era muy alto. Sin embargo, llegué entero al lado de las otras 4 personas que nos estabamos poniendo las botas de una manera tan matutina. Que ricos!!! Acabadas las docenas de mejillones ya no tenía tanta hambre (no tenía que haberme tomado los churros en el desayuno) y me guardé la empanada. Decidí volver a ir a mi playa, con mi trozo de empanada. Tengo que decir que hoy martes todavía me huele el coche a empanada (por cierto, riquísima), y que ese día, del calor horrible que hizo, me quemé (cosa rara en mí) con protección y todo.

Y después volví al trabajo. A pelearme por mi futuro... que es lo que toca en estos momentos, y a hacer de alma caritativa de un cubano del trabajo que me está volviendo loco.

Besos a todos, a todas, y a los demás.

2 comentarios

kwa -

La historia del correo ya me la sé de otro día que lo comentaste... pero no había cambiado la contraseña?

La Maga -

No me gustan los mejillones ni David Bisbal pero el aire a verano y vacaciones me ha dado un poco de envidia (sana)...

Algún día, si quieres, te cuento lo de leer el correo ajeno, cosa de la que no me siento nada orgullosa...

Un beso ;)