La boda
Llevo todo el día en casa. He tenido algo de resaca (mi habitual dolor de cabeza). Ayer me invitaron a cenar por ahí y salimos por donde (casi) siempre. Pues bien, en la cena me entero de que el Loquero se casa. Me quedé a cuadros, claro, porque es el primer conocido que se hace pareja de hecho.
A mi el Loquero no me gustaba demasiado hasta que me di cuenta de que era rarísimo, y entonces me gustó más. Realmente es un alivio para mí, porque se casa con el chico por el que me dejó tirado la noche en la que él y yo estuvimos a punto de enrollarnos. De eso hace algo más de un año. Siempre me quedó la espinita, claro, pero mira, si se van a casar realmente le mereció la pena. Y justo después de la cena, los vemos, al Loquero y a su novio, a los que nunca vemos, porque el Loquero vive fuera y además no salen demasiado. A mí evita saludarme, o soy yo el que lo evita a él, quien sabe.
Y la noche no tuvo ningún aliciente más. Por suerte (o por desgracia), no hubo ex, ni amigos plastas, ni borrachera, y a las cinco estaba en casa.
Acabo de leer un nuevo episodio del diario del libertino y estoy convencido de que es el nuevo Helen Fielding en versión masculina. Su diario, sin embargo, tiene unos niveles cultural y sexual bastante mayores que los de el de Bridget Jones, aunque seguramente los dos se suavicen cuando (después de convertirse en el best-seller de moda) el libro se adapte al cine.
Habría que buscar a un actor de unos treinta y pocos años, atractivo pero sin ser espectacular. Tiene que ser alguien que de repente te pueda parecer tu vecino, ése con el que a veces te cruzas en el ascensor y no te cruzas una palabra, pero que sabes de antemano que echaríais un buen polvo. Alguien quizás algo serio, alto, moreno, desgarbado. Me lo tengo que pensar.
A mi el Loquero no me gustaba demasiado hasta que me di cuenta de que era rarísimo, y entonces me gustó más. Realmente es un alivio para mí, porque se casa con el chico por el que me dejó tirado la noche en la que él y yo estuvimos a punto de enrollarnos. De eso hace algo más de un año. Siempre me quedó la espinita, claro, pero mira, si se van a casar realmente le mereció la pena. Y justo después de la cena, los vemos, al Loquero y a su novio, a los que nunca vemos, porque el Loquero vive fuera y además no salen demasiado. A mí evita saludarme, o soy yo el que lo evita a él, quien sabe.
Y la noche no tuvo ningún aliciente más. Por suerte (o por desgracia), no hubo ex, ni amigos plastas, ni borrachera, y a las cinco estaba en casa.
Acabo de leer un nuevo episodio del diario del libertino y estoy convencido de que es el nuevo Helen Fielding en versión masculina. Su diario, sin embargo, tiene unos niveles cultural y sexual bastante mayores que los de el de Bridget Jones, aunque seguramente los dos se suavicen cuando (después de convertirse en el best-seller de moda) el libro se adapte al cine.
Habría que buscar a un actor de unos treinta y pocos años, atractivo pero sin ser espectacular. Tiene que ser alguien que de repente te pueda parecer tu vecino, ése con el que a veces te cruzas en el ascensor y no te cruzas una palabra, pero que sabes de antemano que echaríais un buen polvo. Alguien quizás algo serio, alto, moreno, desgarbado. Me lo tengo que pensar.
3 comentarios
kwa -
La Maga -
L. -
Te leo. Abrazos.
http://www.infoaragon.net/servicios/blogs/libertino/