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kwa

Los peligros de las playas nudistas solitarias

Hace tiempo que hago nudismo. Empecé esporádicamente y "forzado" a los 18 y ahora, aunque siempre llevo un bañador en la mochila no lo uso casi nunca.
En esta comunidad de un millar de playas hay bastantes nudistas. No suelen estar cerca de los nucleos urbanos grandes, por lo que hay que hacer bastantes kilómetros o conformarse con minúsculas calas. Hoy al levantarme miré por la ventana de la habitación de mi hermano, entre el edificio del bar y el parque, y se veía todo azul. Así que ni corto ni perezoso me decidí a aprovechar las horitas de sol hasta la tarde, en la que tengo otros compromisos.
Últimamente prefiero hacer kilómetros con el coche, mientras canto las canciones que me ponen en Europa FM, porque en los últimos años la calita se ha saturado de gente. Sin embargo hoy, por falta de tiempo, me decidí a ir a la calita. Desde hace unos años los nudistas de pro intentan "convertir" la playa grande situada al lado de la calita escondida en nudista, y hoy pude constatar que lo están consiguiendo. La playa grande es ya totalmente mixta, y como si una línea invisible la separase en dos, mucha gente se sitúa del lado izquierdo en bolas, mientras que del otro lado todo el mundo está vestido. Yo no soy tan combativo y reconozco que me daría algo de vergüenza que me mirasen todo el tiempo los del otro lado, y esperando que por la mañana hubiese poca gente me fui a la calita igualmente.

Ciertamente, había poca gente en la calita, primero porque el trozo de cielo azul entre el bar y el parque que se veía desde la habitación de mi hermano debía ser el único en toda la ciudad, pues estaba todo encapotado y había nubes por todos lados. En total estábamos cuatro personas (una pareja, un señor y yo)así que la playa, espolvoreada de rocas, formaba rincones individuales en los que podías estar de lo más tranquilo. Seleccioné mi rincón y allí me puse, esperando que abriese un poco, o simplemente que el mar dejase de estar tan revuelto para poder bañarme. A los cinco minutos, un chico no mucho mayor que yo apareció con su mochila y se quedó mirando mi rincón. Mi rincón era el más grande, y no me importaba compartirlo, pero es que el tío, en vez de ponerse alejadillo de mi, pues no, puso su toalla a mi izquierda, como a un metro de la mía (quizá menos). El tío empezó a mirarme de una forma algo extraña, y estaba totalmente girado hacia mí, para que pudiese verle bien sus pertenencias. Empecé a sentirme incómodo asi que me giré hacia el otro lado y como siempre me pasa en la playa, pensando y pensando me quedé medio lelo. Entonces el tío empezó a toser, así disimuladamente, clarisimamente para llamar mi atención, y cuando reacciono veo que se había levantado, y que su pie estaba a 10 cm de mi toalla. Que susto me llevé! Realmente, como la minga de un hombre sobresale del cuerpo normalmente más de 10 cm, yo diría que su minga estaba en mi espacio aereo, delimitado por mi toalla. Empecé a molestarme, pero realmente me cuesta darle un corte a la gente, sobre todo porque considero que la gente debería ser lo suficientemente cortés como para, después de que no muestres ningún interés en su minga ni en ninguna otra cosa suya, el tío se vaya a su horrible toalla amarilla con una tia en plan pin-up dibujada y me deje en paz. Pero no. Entonces me levanté a dar una vuelta por la playa... me mojé un pie, el otro, el primero otra vez, volví y el tío estaba en su toalla. Me volví a tumbar, dándole la espalda. Al cabo de un rato, cuando volvía a quedarme lelo, empiezo a oir ruiditos de arena, toses otra vez... Levanto la cara hacia arriba, sabiendo que esa zona de visión está libre y ... ¿que veo? Pues la minga del tío!!! En vista de que pasaba olímpicamente (que acertado!) de mirarle, se había cambiado de sitio y se había puesto por encima de mi, espaturrado con las piernas tan abiertas que casi me mete un dedo del pie en un ojo. Ay que horror!. No sabía si me iba a dar la risa o le iba a saltar a la yugular. Decidí enfurecerme y empecé a preparar mi frase envenenada (cuando me decido lo hago a conciencia) cuando, pensativo, miro al cielo y me doy cuenta de que está tan oscuro que el sol no saldrá nunca más, y que es mejor retirarse y ahorrarse el sermón.

Y aquí estoy. Ahora me voy a ver "Zafarrancho en el rancho" ya que le prometí a mi ahijado que iriamos a verla. Será la tercera película que vea esta semana, tras "Las mujeres perfectas" y "Kill Bill 2". No os parece que Uma Thurman está tremenda? Ethan se equivocó.
Besos por todas partes.

1 comentario

Maga -

¡Qué momento! No sé que habría hecho en tu lugar. En ese sentido soy como tú, espero que la gente se de cuenta de sus errores para no tener que decirles yo nada... En fin, tiene que haber de todo en esta vida...

Un besazo, estoy moreníííísima...

Muaks