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Paulo en el palo

Paulo en el palo El viernes Paulo me envió cuatro fotos. Me decía que su cuenta de correo no le permitía mandar más de 1 Mega, así que me las enviaría en varias entregas. La que veis es la que hizo Paulo cuando estaba subido al palo mayor.

En las otras tres salgo yo. Yo sabía que salía en algunas, incluso hay una de las que me mandó en la que salgo solo, sentado en la proa. Recuerdo que fue el primer día. Paulo salió del barco y quiso hacerle una foto desde el pantalán. En ese momento estaba sólo yo en la cubierta, y me dió vergüenza estropearle la foto. Le dije que esperase, que me iba para fuera para que le hiciese la foto sin mí. Me contestó que no, que me quedase. Y me quedé. También recuerdo que pensé que como era una cámara digital, tampoco le suponía ningún problema. Que la borraría enseguida, sobre todo porque fue al principio de la excursión y no habíamos intercambiado más de diez palabras. Pero no lo hizo.

El sábado una amiga mía que vive fuera, La Psicotécnica, me llamó. Quería ir a la Isla, le comenté que había ido hacía dos semanas, en el barco, pero que no me importaría ir otra vez. Decidimos salir el domingo por la mañana y pasar el día allí. Aunque lo intentamos, no nos dió tiempo a llegar antes de que el barco, que hacía su último fin de semana de excursiones, se fuese.
La Psicotécnica y yo hablamos mucho. Ella fue compañera mía en el instituto, compañera y amiga, pero dejó de serlo durante bastantes años. Nuestro reencuentro fue fructífero, y mantenemos poca relación, pero estrecha. Me contó que después de una crisis vocacional, seguía dispuesta a prepararse el mir en Portugal y hacer psiquiatría. Me contó también como era su psicoanalista, al que había empezado a ir hacía poco.
Fuimos a la playa nudista, sudamos, nos bañamos, comimos, y visitamos la parte norte de la Isla, la de los acantilados. Hacía mucho calor y casi nadie caminaba. Una parte de la Isla no se podía visitar, porque las aves (sobre todo gaviotas y cormoranes) criaban. En una punta de la Isla nos acercamos un poco y una gaviota intentó matarme. Realizaba giros bruscos de 180 grados, y se lanzaba en picado, intentando arrebatarme mi gorra anti-migrañas. Quizás a ella también el sol intenso le daba dolor de cabeza.
El incidente con la carroñera me hizo acordarme de "Los pájaros", de Hitchcock. La Psicotécnica y yo discutimos si eran gaviotas u otra especie las que atacaban al final de la película (yo decía que sí). También me acordé de "Buscando a Nemo".

Volvimos bastante más morenos y con ganas de repetir, de visitar las islas del norte.
Hoy le contesté a Paulo, dándole las gracias, y contándole mi visita a la Isla.

1 comentario

La Maga -

..............besazos, te leo.